Concepciones medievales de la naturaleza y el complejo teonarcisista
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Resumen
En la Época Medieval la noción de natura adquirió un sentido trascendente. El ser humano, en esencia, no pertenecía a un orden natural, sino a uno sobrenatural; de ahí que lo relevante no fuese ante todo la búsqueda de la orientación hacia la naturaleza, sino la adecuación ulterior a lo sobrenatural. En el ámbito de la naturaleza los mortales experimentaban libertad, pero la natura no les garantizaba la medida de la moralidad. La naturaleza humana recibió así su identificación última fuera de su ser natural, es decir, en el plano trascendente. El judeocristianismo le atribuyó al ser humano el rol principal de la creación y mientras más partícipe era de la semejanza divina menos se diferenciaba del Creador, encaminándose de esta manera a la redención. En este artículo se abordará la relación entre las concepciones medievales de la naturaleza y la creencia de que el ser humano fue la única especie creada ‘a imagen y semejanza de Dios’. Develado este vínculo, se sondeará, desde una perspectiva filosófica, cómo ha redundado esta creencia en lo que he denominado “teonarcisismo” con el objetivo de señalar, finalmente, posibles formas de superación de esta problemática.
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