Este artículo parte de la comprensión de populismos como forma de gobierno y/o liderazgo político, como estrategia de ejercicio de poder y/o de llegada al poder, compatible con múltiples discursos ideológicos. Su clave es la relación directa entre el líder (gobernante o pretendiente a gobernante) con los gobernados (o potenciales gobernados) por encima de los grupos intermedios (“clase política”, sistema partidista de representación, movimientos ideológicos y culturales, etc.). De ahí, se postula que el movimiento de los “narodniki” en Rusia del siglo XIX, nombrado en muchos textos como iniciador del populismo, no tenía el carácter populista. En cambio, múltiples experiencias populistas en la historia de Rusia, desde Iván el Terrible hasta Vladimir Putin se sitúan en el cruce de la relación entre el gobernante, los sectores intermedios y los gobernados.